4. EL TALLADO DE MADERA: PASOS Y MANEJO DE LAS HERRAMIENTAS
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Este curso práctico te guiará paso a paso por todo el proceso de la talla en madera. En todo proceso de talla de madera, existen una serie de pasos o fases que más o menos deben respetarse o seguirse, como son:
1. Diseño y dibujo, es la etapa inicial en la que se define la forma y el motivo de la pieza. Se realiza un boceto o plantilla del diseño sobre papel, que luego se transfiere a la madera, marcando con precisión las líneas guía que orientarán todo el trabajo.2. Desbaste, en esta fase se elimina la mayor parte del material sobrante con herramientas como formones, gubias anchas o incluso sierras, para dar forma general al volumen. Es un trabajo más rudo y rápido, que permite aproximarse al perfil final de la pieza.
3. Acabado, aquí se detallan los contornos, texturas y volúmenes finales con herramientas más finas. También se corrigen imperfecciones, se lija y se pule la superficie, dejando la pieza lista para su posible tratamiento final (encerado, barnizado, etc.). Esta fase requiere precisión y cuidado, ya que define el carácter definitivo de la obra.Sin embargo, es importante comprender que el proceso y los pasos a seguir dependerán tanto del artista o tallista, como de la pieza a conseguir. El diseño y dibujo serán más o menos “obligatorios” siempre, y deberán realizarse al principio del proceso. Las fases de desbaste y acabado se realizarán por ese orden en la talla, pero dentro de una misma talla pueden ir intercaladas. Esto quiere decir que el tallista podrá centrarse en una parte de la talla y realizar desbaste y acabado de ciertas zonas, mientras que otras estén sin desbastar, por ejemplo. O por el contrario, también es posible trabajar todo el desbaste, para luego realizar un acabado global. Aquí, cada tallista o artista impone su forma de trabajar.
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DESBASTE
El desbaste propiamente dicho es el trabajo de eliminar todo el material situado alrededor del diseño; alrededor de aquellas partes que no intervienen en la pieza final. Esta operación también suele llamarse realzado, y suele acabarse con un corte alrededor del diseño, sobre la misma línea del contorno.
Casi sin prácticamente excepción, todas las herramientas de talla de madera se sujetan con las dos manos. Además, un tallista profesional o experimentado, es ambidiestro, con lo que es posible cambiar la dirección del corte con la ventaja de que no tiene que mover la pieza o situarse en distintas zonas del banco de trabajo. Esto es de vital importancia, ya que es necesario ir adaptándose al dibujo y al diseño, a la dirección de la fibra, etc.
El modo de sujetar o empuñar las herramientas de talla es, para personas diestras, con la mano derecha, agarrar el mango, para ejercer presión hacia delante, mientras que con la mano izquierda se guía la herramienta. La mano izquierda además debe ir corrigiendo la presión de la mano derecha, y evitar así que el corte sea mayor que el requerido. Estos dos movimientos deben constituir un esfuerzo conjunto y en armonía, y no ser independientes.
Si solamente se cortara con una sola mano, sería prácticamente imposible detener la herramienta en el punto deseado, pues la fuerza ejercida es demasiada, y el corte y la herramienta seguirían avanzando con muy poco o ningún control. Cuando se utilizan las dos manos, la mano izquierda evita esto.
En muchos casos, también es posible realizar los cortes con el borde de la mano izquierda descansando sobre la madera, y el movimiento de corte realizado a base de inclinar la herramienta más o menos. Aquí, generalmente la mano se deja quieta, y el movimiento de la herramienta o de la gubia se controla con los dedos.
Hay herramientas que requieren un manejo específico y especial. Es el caso de las gubias de sección curva, semicircular, caña, cañón, etc. En estos casos el movimiento de corte es rotatorio, pues esto facilita el corte. Si esto lo realizáramos con una herramienta angulares, rectas, etc., la madera se dañaría o resultaría imposible de hacer.
Básicamente, utilizando las dos manos, hay dos tipos de movimientos para tallar con una herramienta. Siguiendo las premisas descritas, se puede o realizar golpes con la mano, de mayor o menor potencia, o realizar un movimiento en el que ya no se da golpe con el brazo sino que se empuja con las dos manos la gubia. Este último movimiento corresponde a operaciones más de acabado, en los que se buscan movimientos precisos, suaves, con menor arranque de material, y de limpieza, que permitan por ejemplo eliminar las crestas o bordes que quedan entre un golpe y otro de una gubia con curva.
Antes de realizar el desbaste, es necesario, en determinadas tallas, realizar una operación de marcado. Esto significa delimitar los bordes con incisiones, marcarlos utilizando gubias y formones de tal forma que se ajusten al dibujo exterior del diseño. Debe tenerse en cuenta que estas incisiones deben hacerse ligeramente separadas de la línea exterior, para no introducir la herramienta y cortar por dentro de dicha línea.
En la mayoría de los trabajos las herramientas se pueden utilizar con la presión de la mano, sin embargo, para algunas ocasiones es necesario emplear el mazo, especialmente en las primeras etapas del desbaste, y en el marcado. Es posible utilizarlo de distintas formas, pero lo más habitual es sujetarlo con la mano dominante, agarrando parte del mango y parte de la parte que golpea la herramienta. Con la otra mano se sujeta la herramienta de corte, de igual forma: agarrando parte del mango y parte de la hoja metálica. La dirección del corte depende del tipo de corte. Para el marcado es más vertical, pudiendo tener algo de ángulo, tanto el golpeo como la dirección de la herramienta sobre la madera. Mientras que si se trata de operaciones de desbaste, el corte, y la dirección del golpeo y de la herramienta es más oblicuo.
La secuencia más común, y también la más lógica es la de realizar las primeras operaciones con el mazo, en las que se requiere eliminar más material, y por tanto más fuerza y menos control. También las operaciones de marcado suelen hacerse con el mazo. Seguidamente se realizan las operaciones que también requieren golpeo, pero esta vez con la mano, pues con ésta se ejerce más control, a la vez que también se corta bastante material, pero menos que con el mazo. Y finalmente se realizan las operaciones en las que ya no hay golpeo, si no que se producen cortes más lentos y precisos, y que también se realizan con dos manos, pero ejerciendo un movimiento de arrastre, más suave. Estas dos últimas técnicas se suelen ir combinando, alternándose según las necesidades del propio trabajo.
Para delimitar el diseño, se suelen hacer cortes verticales, que además de delimitarlo, sirven para algo que es fundamental: impiden que las demás herramientas que se vayan a utilizar traspasen los bordes del diseño.
Después de los cortes verticales, se realizan otros tipos de corte, más sesgados, en los que se utilizan las gubias dirigidas más diagonalmente hacia los cortes verticales, siempre del lado “desechable” del diseño.
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