1. INFORMACIÓN CONTEXTUAL
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I) INTRODUCCIÓN A LA TALLA DE MADERA
La talla en madera es el arte de quitarle a un trozo de madera todo el material que le sobra para finalmente conseguir una pieza terminada. La madera es un material que responde perfectamente a un manejo adecuado, pero que si no es trabajado de manera adecuada, y no se estudia y comprenden todas sus propiedades se hace muy difícil de trabajar.
Es una actividad muy antigua y extendida, que desde los primeros tiempos de la humanidad ha estado muy presente, ya que desde siempre se han tallado artículos de madera. Desde piezas meramente ornamentales, a objetos y útiles cotidianos, como remos, anzuelos, armas, etc.
Las aplicaciones de la talla son muy variadas, aunque la principal es la ornamentación, usada tanto a nivel arquitectónico, como para embellecer objetos de uso cotidiano.
Existen dos características o planos, que son esenciales para el tallista: el plano artístico o de diseño, y la técnica. Ambos aspectos pueden mejorarse ampliamente. De los dos, la habilidad técnica es la más fácil de adquirir; es en su mayor parte una cuestión de práctica. Como en todos los trabajos, la soltura en la técnica se adquiere con la práctica, y en la talla, como no es menos, la única forma de aprender la técnica es practicándola. El sentido artístico es algo que se aprende de manera más lenta, y una buena forma de mejorarlo es visualizar piezas de buena calidad, antiguas o modernas, para tratar de distinguir las características o patrones que hacen que esas piezas sean de buena calidad artística.
La talla en madera es una actividad de carácter estrictamente individual. Se trata de un arte para personas que son independientes y que desean trabajar para sí mismos, y si es posible, incluso ganarse la vida teniendo un trabajo que les gusta.
Este es un oficio que hace más de un siglo se practicaba en multitud de talleres, algunos dedicados a fabricar muebles, y otros a piezas de carácter meramente religioso. Hoy en día la gran mayoría de estos talleres ha desparecido, y las tallas o piezas de este tipo las realizan máquinas.
El arte del tallado ya no se enseña en las escuelas de oficios, universidades, formación profesional, etc. Se pueden seguir ciertos cursos, pero se trata de un oficio que el tallista debe aprender prácticamente por medios propios, con ayuda de libros, o recibiendo lecciones de un experto.
La talla tradicional o artística, en la que no se utilizan prácticamente herramientas eléctricas, máquinas, ni ningún proceso digital, y en la que el tallista realiza por sí mismo el grueso del trabajo, está en contraposición a la talla funcional, o talla industrial. Esta última es utilizada para diversos fines, como la creación de copias de tallas, o simplemente para agilizar determinados procesos, como el desbaste inicial. Para ello han surgido técnicas y herramientas como pueden ser el mecanizado CNC, y concretamente, la copiadora, entre otros. Se trata de avances que han afectado las costumbres y modos de trabajar, y que se han ido imponiendo debido a las exigencias de rentabilidad, productividad, rapidez y rendimiento del mercado y la industria.
Estas exigencias traen consigo, en cierto modo, la incompatibilidad que supone el trabajo de la talla cien por cien artesano y una labor ejecutada en su totalidad manualmente. Siempre será necesario establecer una diferencia entre la asistencia que puede prestar una máquina como contribución al avance de una obra, considerándola como una herramienta más, con sus ventajas y limitaciones, y entendiendo que siempre será necesaria una terminación manual del tallista, que no puede ser suplantado por máquinas. La concepción y diseño actuales de las máquinas existentes, se sitúa más bien como un apoyo complementario, que facilita la labor del tallista. La variedad de máquinas específicamente dedicadas a realizar trabajos en la talla de madera es relativamente reducida y se componen esencialmente de tres tipos que son: copiadoras, fresadoras y molduradoras.
La copiadora funciona según los principios del pantógrafo, copia y reproduce las formas y volúmenes desde un modelo inicial (que es el que debe hacer sí o sí un tallista). Consta de distintos cabezales equipados con fresas de mecanizado.
Copiadora de tallas de madera.
Un cabezal dispone de un palpador del mismo diámetro que las fresas de mecanizar, y en la superficie de trabajo se fija la pieza que se desea reproducir. Cuando la máquina empieza a trabajar, solo elimina madera cuando el palpador toca o hace contacto con el modelo. El corte de las fresas es redondo, por lo que el acabado no alcanza los cortes de incisión aguda, lo que hace que siempre sea necesario la intervención manual de un tallista.
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