INTRODUCCIÓN A LA TALLA DE MADERA
La talla en madera es el arte de
quitarle a un trozo de madera todo el material que le sobra para finalmente
conseguir una pieza terminada. La madera es un material que responde
perfectamente a un manejo adecuado, pero que si no es trabajado de manera
adecuada, y no se estudia y comprenden todas sus propiedades se hace muy
difícil de trabajar.
Es una actividad muy antigua y
extendida, que desde los primeros tiempos de la humanidad ha estado muy
presente, ya que desde siempre se han tallado artículos de madera. Desde piezas
meramente ornamentales, a objetos y útiles cotidianos, como remos, anzuelos,
armas, etc.
Las aplicaciones de la talla son
muy variadas, aunque la principal es la ornamentación, usada tanto a nivel
arquitectónico, como para embellecer objetos de uso cotidiano.
Existen dos características o
planos, que son esenciales para el tallista: el plano artístico o de diseño, y
la técnica. Ambos aspectos pueden mejorarse ampliamente. De los dos, la
habilidad técnica es la más fácil de adquirir; es en su mayor parte una
cuestión de práctica. Como en todos los trabajos, la soltura en la técnica se
adquiere con la práctica, y en la talla, como no es menos, la única forma de
aprender la técnica es practicándola. El sentido artístico es algo que se
aprende de manera más lenta, y una buena forma de mejorarlo es visualizar
piezas de buena calidad, antiguas o modernas, para tratar de distinguir las
características o patrones que hacen que esas piezas sean de buena calidad
artística.
La talla en madera es una
actividad de carácter estrictamente individual. Se trata de un arte para
personas que son independientes y que desean trabajar para sí mismos, y si es
posible, incluso ganarse la vida teniendo un trabajo que les gusta.
Este es un oficio que hace más de
un siglo se practicaba en multitud de talleres, algunos dedicados a fabricar
muebles, y otros a piezas de carácter meramente religioso. Hoy en día la gran
mayoría de estos talleres ha desparecido, y las tallas o piezas de este tipo
las realizan máquinas.
El arte del tallado ya no se
enseña en las escuelas de oficios, universidades, formación profesional, etc.
Se pueden seguir ciertos cursos, pero se trata de un oficio que el tallista
debe aprender prácticamente por medios propios, con ayuda de libros, o recibiendo
lecciones de un experto.
La talla tradicional o artística,
en la que no se utilizan prácticamente herramientas eléctricas, máquinas, ni
ningún proceso digital, y en la que el tallista realiza por sí mismo el grueso
del trabajo, está en contraposición a la talla funcional, o talla industrial. Esta
última es utilizada para diversos fines, como la creación de copias de tallas,
o simplemente para agilizar determinados procesos, como el desbaste inicial.
Para ello han surgido técnicas y herramientas como pueden ser el mecanizado
CNC, y concretamente, la copiadora, entre otros. Se trata de avances que han
afectado las costumbres y modos de trabajar, y que se han ido imponiendo debido
a las exigencias de rentabilidad, productividad, rapidez y rendimiento del
mercado y la industria.
Estas exigencias traen consigo,
en cierto modo, la incompatibilidad que supone el trabajo de la talla cien por
cien artesano y una labor ejecutada en su totalidad manualmente. Siempre será
necesario establecer una diferencia entre la asistencia que puede prestar una
máquina como contribución al avance de una obra, considerándola como una
herramienta más, con sus ventajas y limitaciones, y entendiendo que siempre
será necesaria una terminación manual del tallista, que no puede ser suplantado
por máquinas. La concepción y diseño actuales de las máquinas existentes, se
sitúa más bien como un apoyo complementario, que facilita la labor del tallista.
La variedad de máquinas específicamente dedicadas a realizar trabajos en la
talla de madera es relativamente reducida y se componen esencialmente de tres
tipos que son: copiadoras, fresadoras y molduradoras.
La copiadora funciona según los
principios del pantógrafo, copia y reproduce las formas y volúmenes desde un
modelo inicial (que es el que debe hacer sí o sí un tallista). Consta de
distintos cabezales equipados con fresas de mecanizado.

Copiadora de tallas
de madera.
Un cabezal dispone de un palpador
del mismo diámetro que las fresas de mecanizar, y en la superficie de trabajo
se fija la pieza que se desea reproducir. Cuando la máquina empieza a trabajar,
solo elimina madera cuando el palpador toca o hace contacto con el modelo. El
corte de las fresas es redondo, por lo que el acabado no alcanza los cortes de
incisión aguda, lo que hace que siempre sea necesario la intervención manual de
un tallista.